Vivimos en el último lugar del mundo, una larga y angosta franja de tierra adornada por kilómetros de mar y cordillera, por valles que nos entregan verdes bosques y el más árido de los desiertos. Un lugar único en el planeta donde, a mí parecer, algo que nos destaca, es la unión de nuestra gente al momento de enfrentar momentos difíciles.
Muchas veces la naturaleza nos ha jugado una mala pasada. Los peores terremotos en la historia de la humanidad nos han azotado y echado al suelo sueños que hemos construido con sudor y lágrimas durante años. Pero nos hemos sabido levantar.
Nuestra historia nos habla de desencuentros y luchas ideológicas que nos han llevado a sacar lo peor de nosotros. Muchas veces nos hemos sesgado por el odio, y por hacer prevalecer una idea por sobre la otra, pero todo eso no impide a que juntos nos emocionemos con los triunfos y logros que representan a Chile, la tierra donde tuvimos la suerte nacer.
Insisto, podemos tener muchas diferencias de pensamiento pero, por ejemplo, “Gracias a la vida” de Violeta Parra es prácticamente un segundo himno nacional para los chilenos, y todos nos sentimos orgullosos del premio nobel de Mistral y Neruda, sin juzgar sus formas de vivir y pensamientos políticos. Y así varios ejemplos…
Juntos celebramos el rescate de los 33 mineros, o hitos del deporte como cuando Marcelo Ríos llegó al número 1 del tenis mundial, con las medallas olímpicas de Massú y González o con la primera Copa América ganada por Chile frente a la Argentina de Messi en el Estadio Nacional. Momentos en que nos tocó unirnos en un solo abrazo por la alegría de ser chilenos.
Somos especialistas en ganarle a la adversidad, en luchar por alcanzar nuestras metas, en sortear obstáculos que no deberían ser tan difíciles, en combatir contra viento y marea por salir adelante. Muchas veces nos enredamos cuando tratamos de hacer prevalecer nuestras ideologías y opiniones, pero al momento de tender una mano amiga y lograr avances para el bien común, debemos tener claro que la unidad es el único camino. De eso se trata ser chileno.
¡Felices fiestas patrias!