Esta semana se conmemora un nuevo aniversario de la Región del Maule, la zona donde nací, crecí y me he desarrollado como persona. Mi infancia la viví en el sector de Punta Diamante, de la comuna de San Clemente. Ahí desde muy pequeño me tocó trabajar la tierra y desempeñar distintas labores del campo, pues era la única manera de salir adelante y subsistir.
Mi familia era muy humilde, pero nunca nos faltó para comer, pues la vida en el campo es muy distinta a la ciudad, pues existe la cordialidad entre vecinos: si uno tiene papas le convidaba al otro, si uno tenía harina también compartía, lo mismo con las gallinas y otros productos. Siempre existió la ayuda mutua.
Les cuento esto porque creo que en el Maule aún existe esta realidad, y debe ser uno de los lugares en Chile donde más se vive aún de esta manera. Para mí es motivo de orgullo contar de donde vengo, mis raíces y cómo salí adelante, desde las entrañas del campo chileno, del campo maulino.
Si no fuese porque mi madre me obligó a estudiar, a terminar la enseñanza media, tal vez mi vida seguiría ligada 100 % al campo, a la vida alejada de lo urbano y que refleja la realidad de una de las regiones más rurales de Chile.
Orgulloso de ser maulino, orgulloso de mis orígenes, y orgulloso de que gracias a la gente más humilde hoy tengo un lugar de privilegio en el Senado donde día a día trato de representarlos fielmente para mejorar la calidad de vida de quienes habitamos esta hermosa región.