Si hay una persona que siempre admiré en mi vida fue a mi madre. De ella guardo los más lindos recuerdos de cuando era niño, siempre entregando todo por mí y mis hermanos, ella siempre prefería estar en segundo o tercer plano por tratar de darnos lo mejor. Mi mamá fue quién me inculcó valores, me obligó a estudiar, y me enseñó a enfrentar la vida con esfuerzo y esmero por llegar a hacer realidad mis sueños. Sin mi madre estoy seguro que jamás hubiese logrado lo que he ganado en la vida.

Así son la mayoría de las mujeres chilenas, y muchas de ellas se dejan estar por entregar lo mejor a sus familias y, sobre todo, a sus hijos. Por lo mismo, es vital que como sociedad brindemos los espacios que ellas se merecen y nos preocupemos de que sean felices y estén contentas. Me emocionó que el Senado aprobara recursos para las operaciones de guatita de delantal. Creo que es un primer paso para lograr que mejoren su autoestima, y para que se sientan bien con ellas mismas.

Para muchos esto no puede tener mayor significancia, pero conozco de cerca la realidad de la agrupación “Guatita de Delantal” del Maule, quienes día a día han luchado por lograr operaciones. Les puedo contar que cuando fui alcalde implementé el programa “Talca Sonríe”, destinado a arreglar las dentaduras de las mujeres de la capital del Maule. Atendimos y dimos solución a problemas dentales a más de 2 mil mujeres, quienes, según me contaban, vivieron un cambió rotundo en su vida después de la intervención.

Una mujer trabajadora, que además tiene que ser dueña de casa, jamás va a tener en sus prioridades de gasto arreglar su dentadura, o hacerse una abdominoplastía; la prioridad para ella siempre van a ser sus hijos, su familia, y en último lugar su estabilidad emocional. Así es la mujer chilena, siempre piensa en los suyos antes de que en ella misma.

Espero que la aprobación de recursos para operaciones a mujeres con guatita de delantal sea solo el primer paso y que a futuro, todos quienes ocupamos estos cargos de representación, tengamos claro que una operación de este tipo no es por mera vanidad, sino por mejorar calidades de vida a quienes han entregado la suya por los demás.

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