Luego de terminar mi enseñanza media realicé trabajos temporales en soldadura. Sin embargo, mi sueño era tener mi propio taller, lo que con ayuda de muchas personas y sacrificio logré, instalando un pequeño taller en Talca. Allí, trabajando muchas noches sin descanso, la luz de la soldadura fue mi mejor publicidad.
Tras el éxito de este primer emprendimiento, pude crear la empresa Barraca de Fierros Castro que actualmente tiene sucursales en todo Chile y que me ha permitido diversificar mis proyectos a otras áreas productivas.